jueves, 12 de noviembre de 2020

¿Somos distintos por ser músicos? Parte 2



Seguimos con la segunda parte de este interesante estudio de Guillermo Dalia. Esta vez abordando brevemente la diferenciación que hace acerca de los tipos de músicos de acuerdo al instrumento que tocan. Si no leíste el articulo anterior aquí el link: ¿Somos distintos por ser músicos? Parte 1

¿Entre nosotros somos distintos?

Cuando hablamos de ser igual o ser distintos no nos referimos a serlo en la totalidad de la persona sino a algunas reacciones propias que los hombres y mujeres tenemos cuando nos enfrentamos a las vicisitudes de la vida, al modo a cómo nos comportamos ante las circunstancias que nos acontecen en nuestro día a día.

No todos los músicos son iguales por el hecho de compartir unos mismos estudios y una misma profesión, existe un factor determinante que va a diferenciar de manera significativa a los músicos, mejor dicho, a la manera que tienen de mostrarse ante los demás, no es el lugar de nacimiento, ni el clima, ni los estudios ni siquiera el compartir el mismo trabajo: el factor que determina la diferencia es el tipo de instrumento. Podemos incluso decir que hay más parecido entre un trompetista de Valencia y uno de Galicia que entre cada uno de ellos y un compañero ciudad o más semejanza entre ellos que entre dos hermanos músicos, uno trompetista y otro guitarrista.

De todas las características que podríamos traer a colación para distinguir. unos instrumentistas de otros, hay una predominante y que además suele ser perceptibles por cualquier persona: el continuo entre extraversión-introversión. Sin entrar en consideraciones técnicas podríamos entender que una persona extrovertida es aquella que muestra en su carácter una manera de comportarse que solemos describir como "abierta", que posee habilidades sociales para comunicarse con sus conocidos, que sabe expresar sus sentimientos y comunicar a los demás cualquier opinión. 



Además, es una persona que está a gusto en situaciones sociales y por lo tanto frecuenta los contactos de otras personas, lo que solemos una persona entender por una persona sociable. Por lo contrario, podemos entender una persona introvertida aquella que se muestra reservada a la hora de relacionarse con los demás, sobre todo en situaciones donde hay que expresar sentimientos propios. Las personas con una conducta introvertida suelen mostrarse incómodas todo cuando son o pueden ser centro de atención. Uno de los círculos cerrados de los que participan hace referencia precisamente a las relaciones sociales: como no las suelen ejercer, no practican hábitos propios de estas situaciones (saludar, iniciar una conversación, expresar un agradecimiento o una opinión contraria, aceptar una crítica, etc.); al no practicarlos, cuando se ven en la tesitura e intentan interactuar con los demás muestran un comportamiento que les parece algo extraño y esto les incomoda. Esta sensación molesta provoca en muchas ocasiones que realmente se muestren de una manera nerviosa, cuestión que provocará un malestar suficiente como para intentar evitar la próxima situación parecida. Y el proceso vuelve a empezar.

En muchas ocasiones, las investigaciones en psicología o sociología vienen a corroborar lo que percibimos en el día a día y éste es un buen ejemplo. Existen algunos estudios realizados entre músicos que revelan donde están los músicos en este continuo de introversión-extraversión según sus instrumentos, pero como indico la mejor manera de conocer esta realidad es el contacto con ellos y observar algunas de las características que estamos describiendo.



Los intérpretes más extravertidos son los trompetistas, seguidos por todos los intérpretes de "metal" o "viento", les siguen de cerca los percusionistas, después "las cuerdas" ya en el lado de la introversión, hasta llegar a violines, pero más hacia el extremo aún, en el punto opuesto, se encuentran los guitarristas, son éstos tos intérpretes más introvertidos. Aunque existe todavía una labor profesional, no instrumental, relacionada con la música que se encuentra en el extremo de introversión: los compositores.
Pero como se indicaba, aparte de tos resultados de algún estudio, es el contacto con ellos el que ofrece la prueba más evidente de esta realidad. Por supuesto que podemos encontrar a guitarristas extravertidos y temidos trompetistas (conozco varios casos de uno y otro ejemplo), aunque es mucho más frecuente lo contrario. En los cursos que imparto, es curioso observar estas diferencias dependiendo del departamento que lo organice, dependiendo del instrumento. Posiblemente sea un rasgo de mi formación profesional el no poder dejar de atender a esta cuestión, pero son modos de comportarse tan distintos que, tal vez, al observarlos por separado, es cuando afloran mas fácilmente las diferencias. Los profesores de guitarra suelen mostrarse íntimos, reservados y atentos a cualquier solicitud que se les formule, cuidadosos del más mínimo detalle, con una discreta cautela. Me gusta mucho comentar las distintas maneras que tienen los diferentes músicos de relacionarse conmigo en situaciones corrientes y cotidianas (y que creo que son significativas). 

En los descansos de algún curso organizado por un profesor de guitarra, al tomar café, es típico estar junto a él esperando a que pida las consumiciones de ambos por bastante tiempo, es necesario para que el camarero o camarera reconozca su tímido volumen de voz de entre todas las demás, después de que algunas personas se nos adelanten en el turno y de haber solicitado su atención con varios intentos elevando con tímida firmeza el dedo índice. Este proceso se acentúa bastante si estamos con un concertista. Con los profesores de trompeta o de percusión la misma situación se torna distinta, más rápida, pues suelen ser oídos a la primera, con la misma amabilidad y educación, pero con más firmeza; en cierto modo, parece que tomen el timbre, pero sobre todo el volumen y la actitud de sus instrumentos.

También hay que señalar que esta diferencia apunta solamente a una característica personal de las numerosas maneras de comportarse que poseemos, y que esta diferenciación viene causada, tamizada por el hecho de tocar uno u otro instrumento. Por supuesto que existen más motivos aparte de los musicales que influyen en el modo de ser de una persona, los derivados de la educación que se ha obtenido a lo largo de la vida, del aprendizaje, de la cultura que se adquiere en el ámbito familiar y social, etc.



Hay también una distinción entre músicos según su instrumento que es muy chocante, no es tan perceptible como la anterior, pero se manifiesta esporádicamente en actitudes curiosas. Esta diferenciación se basa en la percepción de una jerarquía según el instrumento, es como si existieran distintas castas o clases sociales: aristocracia, nobleza, plebe y proletariado. "Los pianistas nos ven como si fuésemos inferiores”... Y no sólo los pianistas, existen unos cuantos instrumentos que parecen de la aristocracia musical y otros, de la plebe. Evidentemente hay razones para que esto ocurra, no es más que el resultado del desarrollo histórico de cada instrumento y su proceso evolutivo en relación al contexto social. Lo sorprendente es que en el día de hoy todavía se manifieste esta peculiaridad."

Libro MUSICOREXIA de Guillermo Dalia

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