jueves, 16 de junio de 2022

"Profe, cuando estoy tocando al frente de otros nada me sale"


¿Te pones nervioso en publico?

¿Cómo puedes estar seguro de que tocarás bien bajo presión?

¿Alguna vez has interpretado una canción para tus amigos y te pones tan nervioso que ni siquiera podías recordar los acordes? 

Por supuesto que sí, nos ha pasado a todos. Es fácil ponerse nervioso  cuando no estamos preparados. Sin embargo canalizada correctamente esta energía "nerviosa" puede conducirte a una gran actuación. Bueno, primero veamos un problema con el que todo guitarrista se ha topado en un momento u otro:

Practicas una canción con mucha exigencia y un día, eres capaz de tocarla a la perfección. Te emocionas porque piensas “¡ya está!” Pero luego, al día siguiente vas a tocarla nuevamente, y ahora no puedes hacerlo a la misma velocidad o con el mismo nivel de fluidez. Este problema es especialmente grave cuando se incluyen otros factores, como tocar frente a una audiencia. Cuando estas concentrado perfectamente, puedes ejecutar perfectamente; sin embargo, si hay distracciones o un publico, cometes muchos errores.

Ahora, tienes un próximo gran espectáculo por venir ¿Qué puedes hacer para asegurarte de no estropearlo, de no ponerte nervioso y equivocarte?

He reunido tres reglas básicas que puedes adoptar para protegerse contra este problema en esos momentos clave:

  1. Cualquier cosa que aprendas que esté en el límite de tu habilidad para tocar, NO está lista para tocar.
  2. No dejes de practicar la velocidad de algo simplemente consiguiendo los BPM mínimos necesarios. Para estar listo para el rendimiento, siempre debes poder tocar perfectamente una canción a 115% BPM o más.
  3. Si no puedes tocar algo perfectamente con los ojos cerrados, será mejor que puedas tocarlo perfectamente mientras te mueves.

Parece bastante simple, ¿verdad? Déjame desglosarlo.

Cuando aprendes algo que va más allá de tus habilidades, cualquier pequeña variable puede afectar negativamente en tu habilidad para ejecutarlo. La razón de esto es que tenemos días buenos, días regulares y días malos. Algunos días tus dedos se sentirán más rígidos que otros, algunos días podrás concentrarte mejor que otros, etc. Si quieres decir que has perfeccionado algo, básicamente necesitas poder tocarlo a la perfección SIEMPRE, aun tengas miedo de que te despidan de tu trabajo o estés enfermo de gripe. Brutal, lo sé. Pero esa es la verdad.  




El resultado final debería ser que, en tus peores días, puedas tocar fácilmente todo a la perfección y, en sus mejores días, puedes tocar todo lo que quieras mejor de lo que necesitas.