miércoles, 13 de abril de 2016

Dieta Musical, parte II

Durante muchos años los estudiosos acerca de la música han comprobado los efectos positivos que este arte tiene sobre los audio-escuchas. En este artículo pretenderemos abordar beneficios y contradicciones acerca de ello.

Los cuatro aspectos físicos concretos del ser humano, algunos de ellos más o menos sutiles de acuerdo a lo que se trate, todos ellos responden a frecuencias y vibraciones y algunas materias poco conocidas dentro de los misterios de la verdadera constitución del ser humano. Por ello afirmar y/o negar es producto de un severo análisis de lo que a continuación mencionaremos. La música como la definen tradicionalmente está dividida por armonía, melodía y ritmo... Y es así que existen también muchas definiciones de música, por lo tanto, abordaremos el tema de la forma más científica pero acudiendo también a otras fuentes como la metafísica y los estudios esotéricos de grandes luminarias en esos temas.

Acudiendo al sentido común
Todos tenemos músicas que nos tranquilizan pero no necesariamente lo que nos tranquiliza a nosotros es lo mismo que le puede tranquilizar a un vecino o compañero mío. Sin ir muy lejos, mi experiencia como profesor me ha hecho conocer muchas veces a estudiantes con un sentido muy peculiar acerca de sus gustos, por ejemplo, un alumno que escucha metal para dormir más tranquilo. ¿Hasta que punto puede ser verdad esto? Quizás es una conjetura graciosa pero la verdad es que es comprobable científicamente que muchos hemos sentido diferentes emociones con respecto a otras personas. Y en un mundo decadente esta es una de las verdades más comunes al momento de hablar de gustos musicales.


No necesariamente la mayoría tendrá razón pero algunas personas se sienten más relajadas con cierto tipo de música donde los sonidos tenues emulando sonidos de la naturaleza y a tiempos lentos, relajan. Sin embargo, el sonido de un río a una persona que caminando por este se cayó y rompió la cabeza no le traerá buenos recuerdos, o a alguien que escucha el sonido de lluvias traerá a su memoria como se inundó su casa. Por esta simple razón podremos afirmar que inclusive los sonidos de la naturaleza para algunos o para muchos que no son tan pocos sugieren estados de ánimo contrarios a lo común.



Finalmente quiero aportar lo siguiente, los sonidos si bien tienen características bien definidas se recubren de un sentimiento o emoción porque son manifestadas en el plano físico así como las experiencias y vivencias de cualquier ser humano, inclusive de animales, como por ejemplo, el perro que oye el claxon del auto del dueño que ya sabe que es él no por el sonido del cómo presiona la bocina o un gato que reconoce los pasos de su dueño.

El campo de las experiencias y la memoria actúa de una manera importantísima en la música que nos será agradable o no, eso es el sentido común en la música.

La razón en la música
Todos los estudios y conocimientos desarrollados en el siglo XIX y XX apuntan a que la música erudita es y fue la más elaborada por el género humano. Datos científicos, por ciencias como la matemática y física, lo han determinado ya hace varias décadas. Por ende, una de las razones comprobables es que la música clásica tiene ciertos beneficios, sin embargo, ¿qué pasa si alguien se duerme escuchando música de este tipo o simplemente no le gusta? Pues nos referiremos nuevamente al punto anterior.


Aquí también tenemos que acudir a la sociedad, a la educación y cultura de nuestro mundo moderno. Dentro de lo social es muy bien aceptada este tipo de música. En la educación, todas las escuelas primarias, secundarias y superiores relacionadas directamente con música o no, aceptan la metodología y sistema de enseñanza por medio de la música clásica. Volvemos al sentido común y la razón en la música.

Las primeras "músicas"
Reconocemos el sentido y evolución de nuestra música actual en todos los géneros, así que uno de los primeros contactos con ella debería ser con la música clásica, sobretodo en la niñez. Con canciones elaboradas especialmente con un estado de ánimo y temática acorde a la edad, la sociedad y condición física del oyente. Para esto la música erudita es la mejor opción. No queremos hacer una exaltación de este género, sin embargo, debemos mencionar que en varias etapas de nuestra vida, sino en todas, es importante esta dieta musical que traerá los beneficios comprobados siguientes:


  • Reduce el dolor crónico de una variedad de enfermedades dolorosas físicas y emocionales.
  • Escuchar música relajante en la mañana y tarde, las personas con presión arterial alta pueden entrenarse para reducir su presión arterial y mantenerla baja.
  • Una dosis diaria de una de tus melodías favoritas sea música pop, clásica o jazz puede acelerar la recuperación de las hemorragias o parálisis debilitantes.
  • La música crea una experiencia emocional positiva y profunda, que conduce a la secreción de las hormonas de estimulación inmunológica.
  • Tocar un instrumento puede hacer que aprendas mejor. 
  • La música reduce la tensión muscular y el movimiento del cuerpo y mejora la coordinación.




Desmitificando el efecto Mozart
Personajes como la psicólogoca Frances Rauscher, el neurobiólogo Don Campbell y la propuesta que realizó en 1991 el otorrinolaringólogo Alfred A. Tomatis de que escuchando Mozart se incrementaba el IQ (Coeficiente Intelectual) hace poco fue desmitificado por un artículo de la revista científica Intelligence a cargo del doctor Jakob Pietschnig de la Universidad de Viena y podemos citar una frase que resume este estudio en lo siguiente: "Recomendamos a todo el mundo escuchar la música de Mozart, pero la esperanza de que con ello aumenten sus capacidades cognitivas es en vano."

Volviendo al tema de los gustos musicales, podemos dividirlas en: Preferencia por autores, épocas, géneros e intérpretes. Si calificamos un poco la música que escuchamos nos daremos cuenta que algunas escuchamos por horas, otras en momentos puntuales o simplemente cuando deseamos entretenernos, pero si ejercemos alguna profesión, vocación o pasión, se volverá en un medio para desarrollarnos como personas (y en algunos casos torcernos o desviarnos a algún modo de vida). Por lo tanto, ¿sabemos de alguien a quien no le guste nada la música o ningún tipo de música? 

Regresamos a nuestro punto central, y es cierto que la música tiene una utilidad también terapeútica, el hecho de negar el efecto Mozart no implica que tanto la ciencia como la religión hayan aportado valiosos conocimientos en relación de los hombres con el sonido y los diferentes tipos de música fuera de las actividades artísticas y en tal sentido llegamos a dos conclusiones: 

1. La música es la que consigue que afloren nuestras emociones de una forma inmediata e incontrolable.
2. La música es algo innato.

Lo que nos acerca a la música no es necesariamente el conocimiento y análisis de un género determinado, el gusto a la música no es algo que se aprende (al ser algo innato), si bien unas personas lo pueden tomar de forma relativa ya que muchas veces alguien recomendó un disco o vimos un video musical que nos agradó, lo cierto es que la música entra directamente y nos crea las primeras sensaciones apenas la escuchamos. Entonces nos preguntaríamos: ¿Qué "hace" que la música nos agrade tanto?

Existen muchos libros y estudios de carácter científico, sin embargo, aquí es donde lo racional no puede explicarnos de una manera contundente, pero aún así nos remontaremos a la anatomía del ser humano. 

El primer sentido que desarrolla un feto humano a la máxima potencia, es decir que alcanza su formación completa dentro del vientre materno es el oído (más que la vista, el tacto y ni que decir del olfato y el gusto), la formación del oído en el embarazo es a las primeras semanas de gestación (semana 16), por lo tanto el bebé no nacido puede escuchar los latidos del corazón de la mamá, los fluidos, la respiración, etc. Así mismo, los ruidos de la calle y la primera producción de un ser humano en el exterior, la música (y las voces humanas que son como "músicas independientes"), y sobre todos estos sonidos, el bebé REACCIONARÁ... Y le sucederá lo mismo que a todos nosotros, generará un movimiento corporal y aumento o disminución del ritmo cardíaco. Esto nos hace pensar que el ser humano tiene la percepción auditiva como la más evocadora del resto de percepciones ya que permite recibir estímulos internos y externos, esto hará que cuando el bebé nazca se familiarice notablemente con la música. La recreación de un mundo con música viene antes del nacimiento.

La música y la memoria
"He aquí una de las razones porqué la música, como sonido que es, nos resulta tan próxima:  El sistema auditivo nos permite recibir estímulos externos a los que reaccionamos antes de nacer y reconocemos inmediatamente después del nacimiento; somos capaces de recrear internamente algo que nosotros mismos imaginamos porque podemos percibir sin necesidad que se produzcan cambios en la presión de las moléculas de aire."

A términos de consciencia, el oído nos previene, nos protege y nos advierte cuando algo puede ser peligroso cuando dormimos ya que con el olfato tiene un mecanismo de alerta que nunca se desactiva. Pronto pasaremos a desarrollar algunos temas más profundos que vienen en relación con el alma humana. Queremos primero adentrarnos en la música como parte sensorial del gusto humano.

El vademécum del ser humano se encuentra en la memoria auditiva. Al escuchar determinado tipo de música el individuo activa regiones concretas del cerebro y también podríamos decir de la mente. Esta es una de las razones por la que la música nos resulta también tan próxima y que este tipo de memoria nos permite acumular experiencias que vivimos a partir de otros sentidos, de otros estados emocionales que para activarse con sentir dos o tres notas de una melodía mueven nuestros recuerdos y nuestras vivencias relacionadas con ellas. Ejemplo cuando se nos pone la piel de gallina o un nudo en la garganta, o llenan los ojos de lágrimas o nos entran ganas de saltar o gritar cuando escuchamos una música.

Continuará.

Bibliografía:
Beament, James. "How we hear music: The relationship between music and the hearing mechanism." BoydellPress, 2001.
Levitin, Daniel J. "Tu cerebro y la música: El estudio científico de una obsesión humana." RB, 2008.
Maconie, Robin. "La música como concepto." Acantilado, 2007.