domingo, 2 de mayo de 2010

¡Papa quiero ser músico aunque me muera de hambre!

Dedicarse a escribir obras musicales e interpretar el bajo o la batería no es lo que la mayoría escogería para dedicar su vida. Falta de apoyo gubernamental, educativo, pero sobre todo familiar y estas son causa del “oscurantismo” social actual.
La primera vez que fue a un concierto de música como parte de una actividad educativa de la escuela primaria, “Ernestito” se enamoró de aquel instrumentos que para él era "una guitarrita muy larga". El Bajo fue lo que lo cautivo y movió a compartir lo que sentía en su prematura vida por la música.
"Quiero estudiar para músico", dijo mientras devoraba pollo a la hora de la cena. Don Adolfo, papá del pequeño, casi se ahoga con la sopa de sémola que comía. Tras un largo sorbo a su café y una clara preocupación que se dibujó en sus ojos, el padre de Ernestito sólo abrió la boca para decir una frase corta y fría: "Te vas a morir de hambre".

Ernestito nunca más habló del tema y hoy estudia el tercer ciclo de la ingeniería en mecánica eléctrica.

Sueños efímeros

Él es parte de aquella estadística inexistente que cobija a los jóvenes que, por diversas razones, no lograron concretar el sueño de tomar en sus manos un instrumento musical, afinarlo a cuidado e interpretar las canciones mas espectaculares en la vida de cualquier SER HUMANO.
Y es que nunca sabremos si Ernestito tuvo esa "chispa" musical, ya que las diversas circunstancias no le permitieron experimentar en las artes sonoras que solicitan las escuelas de música desde joven o niño.
Y si fuese el caso de que alguien llegara a concluir sus estudios en alguna de las escasas y serias escuelas que ofrecen cursos en materia musical, se hallaría con la terrible y abrumadora realidad laboral que la sociedad latinoamericana ofrece a los que decidieron entregar todos sus esfuerzos a las partituras.
No hay cifras reales y concretas que señalen el número de nuevos estudiantes en las escuelas de música ni de los egresados ni de cuántos ya están dentro del campo laboral.

Con razón dijo aquello Don Adolfo
"¿Y si hubieras dicho que tendría éxito?"

La gran mayoría de las escuelas primarias en Perú no ofrecen la opción musical dentro de sus asignaturas, lo que limita las posibilidades de ingresar a estudios superiores (un gran número de las institutos/academias/escuelas musicales no tienen apoyo gubernamental, menos económico financiero de entidades bancarias); las becas son escasas; los instrumentos y mantenimiento caros; el panorama laboral es de miedo; y el esfuerzo, lecturas y prácticas son exhaustivas.

Y todavía cargar con frases de papá y mamá como "Ya tienes 24 y ni trabajo tienes", "Deja de jugar al Hendrix y ponte a chambear", "Ni vas a la escuela, te la pasas aquí con tu guitarra esa", es abrumador.

El apoyo familiar es indispensable para aquel que toma el sendero de los corchetes y las blancas. Soportar las notas desafinadas en casa, proporcionar un apoyo económico y compartir el mismo sueño que los futuros instrumentistas visualizan, son elementos que harán que los jóvenes conozcan sus habilidades artísticas.


Elizabeth es estudiante de Música, al cabo de tres años estudiando cello ya se encuentra en proceso de entrar a una beca en Inglaterra, optó por la música "porque es la mejor terapia", en sus propias palabras.


"Yo soy algo tímida y con la música no tengo que hablar, habla mi instrumento. La música es una forma de vida y una parte de mi", dice Elizabeth acerca de su pasión por la música, pero ella también está consciente de que la música está pasando por un momento difícil: "Aquí necesitas empezar desde muy pequeño para que destaques y tener buenos contactos para entrar a tocar", señala.


"En Perú falta más enseñanza de calidad, dar oportunidad a los peruanos experimentados. Es necesario insertar instrumentos desde Inicial, nadie te va a enseñar música a menos de que los mismos padres sean músicos".



No todo es melodía fúnebre.

Pero ante el oscuro cuadro, el desarrollo de las artes musicales en Perú es testigo de un claro resurgimiento. Kharlos Misajel, Percy Stambury, Alonso Acosta, Kike Robles, Victor Hugo Glenny, a quienes conozco personalmente y su calidad son un ejemplo de superación mientras celebran varios años de carrera musical. Estamos viendo un florecimiento muy interesante en este país empezando por el Charlie Parra, quien lidera a los nuevos músicos peruanos y latinos.

La gente tiene mucha curiosidad y capacidad de asombro, es maravilloso ver como las personas responden a la cultura y a las artes.

Es cierto que falta mucho de alcances, en cuanto a que toda la población tenga acceso para la música y no solamente la gente que está circunscrita a las artes. Nos falta ir a comunidades más alejadas, hace falta llegar a muchos puntos del país.

La verdad es que ser músico requiere de mucho esfuerzo y dedicación. Yo enseño actualmente en La Escuela de Música Contemporánea MASTERMUSIC y pienso que esta carrera si tiene menos oportunidades y por eso se debe de esforzar más quien decide dedicarse a la música. Es como en todas las carreras, sobresale el que mas sepa, el mejor, así que yo aconsejo a todo aquel que desee ser músico estudiar mucho, en una buena institución y olvidarse de prejuicios que tiene la sociedad acerca de esta carrera, como ya mencionaron, cualquier carrera a estas alturas ya esta saturada laboralmente.