
Si bien se puede usar pistas para practicar la canción que desees y en verdad eso ayuda bastante a la hora de interiorizar los tiempos y la línea melódica, nada se compara con la práctica (ensayo) en vivo.
En primera, el sonido que producen los instrumentos en una sala de ensayos suele sentirse muy diferente a la pista. Obviamente las notas y demás serán lo mismo, pero el sonido posee otro tipo de riqueza y están los volúmenes de cada instrumento y la forma personalizada en la cual cada integrante interpreta. Así mismo, con diferentes músicos tocando junto a ti, se debe hacer el ensamble respectivo pues tienen que aprender a acoplarse si quieren que la canción suene como debe ser.
El ensamble suele ser trabajoso, especialmente cuando algunos de los músicos no están acostumbrados a tocar junto a otros pero poco a poco, con prácticas seguidas uno se termina adaptando. Y no sólo eso, el ensayar con otros músicos también te permite aprender, no sólo de tu instrumento si no de la función principal de los demás así mismo como ganar experiencia y un paso adelante para futuras presentaciones. Si no sale bien en la sala de ensayo, las probabilidades de que en vivo funcione son nulas.
El ensamble suele ser trabajoso, especialmente cuando algunos de los músicos no están acostumbrados a tocar junto a otros pero poco a poco, con prácticas seguidas uno se termina adaptando. Y no sólo eso, el ensayar con otros músicos también te permite aprender, no sólo de tu instrumento si no de la función principal de los demás así mismo como ganar experiencia y un paso adelante para futuras presentaciones. Si no sale bien en la sala de ensayo, las probabilidades de que en vivo funcione son nulas.
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