En 1958 Gibson sustituye la "Les Paul Gold Top" por el modelo Standard, una guitarra idéntica, excepto por su acabado "sunburst", más conservador que la anterior, aunque dejaba a la vista la madera de arce de la tapa, a veces con efecto deslumbrante. La demanda de la Les Paul había decaído y posiblemente Gibson pretendía atraer a los compradores con gustos más tradicionales, que pudieran haberse echado atrás ante la chillona pintura dorada del modelo anterior.
En 1961, Gibson dejó de fabricar ese modelo y presentó la línea SG. Sin embargo, en años posteriores, los guitarristas descubrieron que una Les Paul tocada a alto volumen producía un sonido pastoso y sostenido, ideal para las músicas basadas en los blues. Este renovado interés motivó el lanzamiento de algunos modelos Les Paul en 1968, pero curiosamente la estándar no apareció hasta 1975. Desde entonces se ha seguido produciendo de manera continuada.
El sonido de la Les Paul
Depende en gran medida de las maderas empleadas en su construcción. El concepto original consistí en un cuerpo de caoba que proporcionaba un tono profundo, con una tapa de arce para añadirle brillantes. La combinación ofrecía un buen mantenimiento del sonido sin que este llegara a ser demasiado fuerte. Los buenos resultados han hecho que se siguiera usando las mismas maderas.
El mástil encolado y las grandes pastillas humbuckers acentúan el sostenimiento natural de la guitarra y amplían la gama tonal, como pretendía Les Paul al diseñar el instrumento. Todos estos factores han contribuido a su gran aceptación entre los músicos de todos lo estilos.
El precio de la Les Paul
Afines de los 60 y en manos de músicos como Erick Clapton en Inglaterra y Mike Bloomfield en los EE. UU., la Les Paul Standart alcanzó niveles de popularidad sin precedente. Su sonido pastoso y sostenido, que podía oírse tocado por Erick Clapton en el álbum "Blues Breakers" de John Mayali (1966) y por Bloomfield en el "East-West" de Paul Butterfield (1966), ejerció una considerable influencia sobre los músicos de época.
Las standard más cotizadas eran las fabricadas entre 1958 y 1961, pero durante dicho periodo sólo se fabricaron una 2 mil, por lo que la demanda superaba con mucho a la oferta, y los precios de las Les Paul se dispararon de tal manera que se ha llegado a la irónica situación de que estos instrumentos han quedado fuera del alcance de los simples músicos, y muchos de ellos han acabado encerrados en las cámaras de los bancos, como meras inversiones financieras.
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