viernes, 13 de noviembre de 2015

Clinic Tour: La Guitarra Sin Límites, Parte IV

Viajes, maletas y equipos

Ya ha pasado aproximadamente un mes desde que se dio por concluido mi clinic tour donde visité durante 18 meses 18 localidades diferentes por todo el Perú. En esta nota les comentaré todas las cosas chéveres, agradables y también algunas muy pesadas al momento de viajar... En avión, en auto, caminando, todas con muchas anécdotas .
Todos los lugares donde me han recibido he sido atendido de una manera muy amable y cordial, característica de todos los peruanos, probando excelentes potajes desde la comida de la selva, de la sierra y de la costa, desde un excelente ceviche hasta un agradable almuerzo familiar.
Ahora hablando concretamente de los viajes, recuerdo el tramo de clínicas: Chiclayo, Arequipa, Puno y Lima, ya que en uno de esos tramos el aeropuerto fue mi casa (como en la película, me quedé 24 horas allí), de hecho que por un largo tiempo arrimé mis maletas, mi guitarra y mis efectos en una especie de círculo alrededor de las sillas que hicieron como especie de casita. Me compré unas galletas, el paquete me costó 8 soles y una gaseosa pequeña de 8 soles también, para que se den cuenta mis amigos del exterior aproximadamente las dos cosas me costaron 5 dólares americanos. Las cuatro primeras horas, chévere, porque dormía, luego me volví un adicto al smartphone respondiendo correos, mensajes, etc, etc., luego un poco de meditación y lecturas, hablar con tus seres queridos... ¿Y después qué? Ese día recuerdo que la pasé al principio un poco tenso, pero después reflexioné un poco acerca del clinic tour lo cual comentaré en otro artículo... Jijiji esto lo hago para que me lean siempre.


 Otra experiencia que tengo casi siempre es el tema de las maletas, generalmente nunca me separo de mi guitarra no sólo por el cariño que le tengo sino por lo costosa que es. Regresando de Tacna (frontera Perú con Chile), al momento de embarcarnos me dijeron "Su guitarra entra al compartimiento de equipaje". En este caso, cuando llevo mi guitarra en avión siempre me permiten subirla y ponerla en el compartimiento donde se ponen las maletas de mano o mochilas, pero en este caso me quitaron la guitarra subiendo al avión y yo "fu...", no saben como sufría por mi guitarra pensando que abajo la iban a chancar; después de mucho sufrir en ese viaje imaginándome cosas horribles del maltrato que le iban a dar a mi guitarra, todo fue un bluff mental  cuando una bella aeromoza se acerca y me dice, "señor, su guitarra", me volvió el alma al cuerpo. A veces en los aeropuertos pasan cosas un poco feitas con el equipaje, tengo que admitirlo, una vez me entregaron mi maleta abierta dentro de una bolsa, un personal del aeropuerto me la entregó y me dijo que la maleta se había abierto y que al momento de tratar de cerrarla no podían, algo muy extraño así que revisé mi maleta y no le faltaba nada, cabe mencionar de que en mi maleta siempre llevo mi ropa, mis artículos de aseo, nunca llevo accesorios ni efectos ni cuerdas ni nada del estilo, así que si se perdía algo era simplemente robo.

Los viajes más difíciles para mi siempre son en autobus, es el caso cuando viajo a Huancayo, por eso siempre trato de ir en la mejor empresa donde los asientos son los más cómodos y aparte te dan un excelente refrigerio y la atención es muy buena. El tema son las maletas, porque acá sí la guitarra no van conmigo, va en una bóveda y lo peor es que en este viaje pasas de la costa a la sierra en 8 horas, o sea, humedad, calor, frío y presión. Es por eso que a la gringa la llevo en su hard case, no en el estuche mono que es mucho más ligero. El hard case de la gringa pesa aproximadamente 8 kilos, más la guitarra aproximadamente 10, no se imaginan como pesa, más mi maleta de ropa, más el pedal board, más el banner de fender, todo es un poco pesado jijiji. La mayoría de mis viajes lo hago solo, claro que cuando me recogen mis colegas y amigos de Huancayo lo hacen con tanto gusto que me olvido de estar cargando kilos de cosas, pero chamba es chamba (laburo es laburo)... Y si alguna vez se me ha caída algún equipaje, claro que sí, se me ha caído la gringa, mis maletas, etc., gracias a dios siempre todo fue un susto.
Esto también pasa cuando hago clínicas dentro de Lima, claro no llevo maleta pero sí igual hay que cargar, subirlo al taxi, desembarcar, etc. Acá tengo que mencionar que algunas veces he llevado mi propio amplificador, cabinet y cabezal, y para poder transportar esto necesito a alguien que me ayude.

Para finalizar, el 80 por ciento de los viajes siempre son agradables, ya me ha pasado dos veces que de clase económica me pasaron a clase ejecutiva. La clase ejecutiva son solamente 2 asientos por fila y solamente para ocho personas. El refrigerio es diferente, los asientos también y la atención es personalizada, además te regalan cositas, un perfume, una toalla, etc... Inclusive el boarding pass es diferente, aquí una muestra.




Algo en video.

Saludos,
WE ROCK.

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