miércoles, 8 de noviembre de 2017

La guitarra sin límites, pt 3: Ica

El año pasado y este decidí tomar cuidado sobre mi condición física y preparación previa ya que el trajín y la alimentación desordenada me causó estragos. Sin embargo, pasó lo mismo esta vez, mi gripe se complicó y tuve una dolencia estomacal cuando llegué a Lima. Así que tenía menos de 5 días para recuperarme, alistar mis cosas he irme al sur de Lima: Ica. La gira continúa.


Primera vez en la ciudad del eterno sol

Este viaje se convertiría en uno de los más placenteros que iba a tener, ya que el viajar en avión o en bus, tiene sus pros y sus contras, pero la verdad es que las cinco horas de viaje la pasé descansando confortablemente en un excelente bus. Hay que mencionar que los viajes en bus, la gran desventaja es que tienes que llevar tu guitarra en un hardcase, no es como en el avión que puedes llevarla contigo en cabina.
 

El dueño de BlueJeans (el mejor lugar rockero de Ica), Daniel Hornykleimann el promotor y gestor de mi clínica en esa ciudad, me puso en lo que va de la fecha el mejor equipo con el que he tocado, un JCM 900 nuevecito y una consola mezcladora digital A1 así que el espectáculo y clínica salió excelente. El público fue muy variado dentro de los cuales destacaron los seguidores de mi canal de YouTube que siempre me escriben y están pendientes de mis redes sociales. Siempre es una alegría encontrarse con gente que le da mayor aprecio al trabajo que realizas... La clínica se pasó de la hora y media que duraba a mas de dos horas.


Rider
Los que ya conocen este tema (los que no conocen pueden verlo en mi canal de YouTube) saben la historia de este tema, por eso mi gran entusiasmo de visitar Ica, ya que la canción está inspirada en viajes al sur de Lima (rumbo a Ica). A los amigos asistentes les conté una historia de varias que me inspiraron a componer Rider:


"En la época del terrorismo, en muchos lugares rumbo al sur se cortaba el fluido eléctrico, pequeños balnearios en 'apagón'. Y como en plena carretera iba con mi automóvil a toda velocidad, "normalmente" en 180 km/h, así que un día, recuerdo que fue un viernes en la tarde en plena autopista comenzó a seguirme la policía. Así que decidí detenerme porque encendió su la circulina... Cuando me detuve, el policía se acercó y me dijo 'Señor, usted está en exceso de velocidad. Sus documentos.' En esos tiempos no existía el aparato para deducir la velocidad de los autos, así que el policía no tenía forma de comprobar mi exceso de velocidad y yo le dije de que era una apreciación personal.

El policía me dijo algo muy cierto, las zapatas de los frenos olían a quemado y que eso significaba que yo había frenado bruscamente a mucha velocidad. Sin embargo, algo pasó que me dejó ir, así que volví a arrancar el auto, poner en el reproductor la música de AC/DC y Deep Purple y rumbo al sur de nuevo. Ya como a las 7 de la noche en pleno camino ya estaba por llegar a mi destino, por el kilómetro 49, esta vez ya todo obscuro, veo unas luces y a medida me acercaba era un policía que estaba pidiéndome estacionarme, así que lo hice. Normalmente uno no debe bajar del auto y solo entregarle los documentos al policía por la ventana, y a medida se estaba acercando el policía, veo no nítidamente que el policía da un traspié y se cae al suelo, entonces decidí salir del auto y ayudarlo, cuando en ese momento otro policía que estaba con su auto estacionado a menos de dos metros sale con una escopeta y me dice lo siguiente: 'Alto, no se mueva.' Yo estaba muy cerca del policía que estaba tendido en el suelo y siento en el ambiente cercano un olor intenso a alcohol, ¿qué era? Los dos policías estaban extremadamente borrachos. Ustedes no saben el temor que inspiran policías ebrios ya que generalmente no controlan nunca sus emociones y puede pasar cualquier cosa; felizmente el policía que salió con su escopeta (que sí estaba mareado porque se notaba en su forma de hablar) me dejó ir."

Entusiasmo y compartir



El excelente equipo y local que me proporcionó Blue Jeans y Daniel hicieron que esta clínica también sea exitosa como la fecha anterior en Ayacucho. Nos tomamos fotos con los asistentes, uno de ellos estuvo desde las 7 de la noche hasta las 11 esperando que llegara, luego llegó alguien más a las 7.30 y así poco a poco mientras íbamos instalando los equipos llegaban antes del inicio de la clínica. Cada fecha tiene su encanto y en esta oportunidad me tocó la experiencia de vivir gente que ya conocía bastante mi trabajo, por lo tanto, todas las expectativas se cumplieron. Antes de realizar la clínica me di una vuelta por la plaza principal de Ica y a comer algo, ir a la farmacia para unas medicinas y aguantar hasta la noche, y luego ese mismo día partir a Lima para enrumbar al viaje más difícil de la historia de mis clínicas, 16 horas a Huancayo.



Saludos,
We rock!

1 comentario:

Jaco Rodríguez dijo...

Qué palta esa historia de los tombos!
Y qué bueno todo lo de Ica.